Hace muy
poco escuche una conversación que decía lo siguiente: -¿Has fracasado alguna
vez? –Solo en la vida. Fracaso, esa es la palabra. Todo, lo tienes todo, pero
te empeñas en negar la evidencia, en competir por ver quién lo hace peor, en
jugar a ver quien aguanta más ante los desplantes, en conseguir cansar hasta a
quién más te aguantó, en perder. Tragar saliva y atragantarte por todo lo que
acabas de tirar. Siempre llega la respuesta, tarde. Solo, esa es la única forma
de no decepcionar a nadie… ¿El final? Un castigo. El mayor de los castigos,
sentirte derrotado por ti mismo, alguien con quien no puedes competir, ni tan
siquiera reprochar nada, alguien a quien no poder echar la culpa sin recibir el
castigo de la derrota.
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