…una
princesita. Estás aquí. ¡Buenos días princesa! Así es como debe de comenzar tu
día. No te digo como debe de acabar, eso ya llegará… pero continúa con las
caricias, que envuelven a la joya más preciada del mundo, de mi mundo, con esa
delicadeza que solo tú sabes desprender. Besos, solo necesitas besos es lo más
preciado que tengo y lo único con lo que puedo pagarte todo lo que vives
conmigo, es la única moneda de cambio que ambos podemos utilizar y entendemos,
es nuestro mercado, un poco capitalista. Eso sí, no todo es gratis necesitaras
muchos besos, para que esos “buenos días” vengan acompañados de un buen
desayuno y luego…
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