Llegas al lugar, que te recibe con un silencio frío, o al menos así es como te deja, y allí está la luz que buscabas, que te hizo llegar hasta ese punto que ni imaginabas, ¿acaso existe? Te deslumbra una sonrisa, que aclaras a ver tras ese fogonazo que te deja sin palabras. Es el silencio que llega a la hora de abrir.
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