Una noche
más, hay que cerrar los ojos. Te paras a pensar y así es como todo acaba. Los
ojos, acaban más tarde o más temprano, cerrados. Y sí, la causa mayor para que
todo acabe es el cansancio. El cansancio que nos lleva al límite, que desemboca
en un nudo con final. El final, que sin embargo es el que te hace ver. Tan solo
hay un final que no te deja ver, y ese es el último final, es el único que hace
ver a todos, menos a ti. Todo aparece siempre tras un final. La última palabra,
o quizás la última mirada, son las que más sentido tienen, después del
desenlace. A nadie le gusta pensar en ello, a nadie le gusta imaginarlo, a
nadie le gustar llegar al final, pero a todos nos gustaría saber que nuestro
fin será gracias al cansancio acumulado
de toda una vida, más que aprovechada.
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