Escribir de
esa forma y que no entendáis nada. Que tan solo un malabarista sea capaz de
desenredar esta maraña de intenciones, y sepa dar con todos los entresijos en
los que se esconden la multitud de ideas que pasan por mi cabeza y os muestro.
El juego depende de vuestra capacidad de ver las reglas y conseguir descifrar
todo lo que os enseño. ¿Jugamos?
Llegas al lugar, que te recibe con un silencio frío, o al menos así es como te deja, y allí está la luz que buscabas, que te hizo llegar hasta ese punto que ni imaginabas, ¿acaso existe? Te deslumbra una sonrisa, que aclaras a ver tras ese fogonazo que te deja sin palabras. Es el silencio que llega a la hora de abrir.
lunes, 30 de abril de 2012
sábado, 28 de abril de 2012
Miedo
Miedo, esa
sensación tan odiada y que todos escondemos
para mostrarla, quizás, demasiado a menudo. Sí, nos gusta esconderla,
pero también nos gusta saber que está ahí, que podemos recurrir a ella cuando
algo no nos gusta, la excusa perfecta. Porque no es lo mismo el miedo al no
saber, que el miedo al no querer. Porque no es lo mismo que aparezca que
buscarlo. Creer que eres capaz de controlar una emoción, es vivir en la
mentira, que precisamente te deja vivir dicha emoción. Aprender a controlar
algo que se te escapa es la clave, imposible de superar. Saber esconderlo es la
clave a superar. Aunque la forma valiente es la de saber que está ahí, vivir
con él como algo que no te puede, hablar con él cara a cara y hacer como hace
el gran Leiva en su disco, decirlo muchas veces y hacernos ver que el miedo no lo puede todo…
lunes, 23 de abril de 2012
Toda una vida fría
Un mundo en
el que nada es lo que debe ser, porque “ser” significa estar perdido, seguir
unas reglas que no tienen nada que ver con vivir. En el que unos pocos sepan
comportarse, mientras los demás viven, sin más. Todo para ellos es ganar, es la
ley del más fuerte, mientras que otros intentan convivir, ¿con quién? El caos,
no es más que vivir sin preocupación, arrollar con todo con tal de seguir un día
más en esa vida que te lleva a eso, a un día más. La vida contada en una serie
de días, de vivencias, incapaz de recordar, un trayecto que no te deja pararte a pensar,
sino quieres ser presa de un segundo de muerte, de toda una vida fría.
sábado, 21 de abril de 2012
Después de la tempestad viene la calma
Hubo un tiempo
en el que se repartían vales (vale por un “bocaito”) era la excusa perfecta
para poder jugar, para volver unos años atrás y recordar las peleíllas de
hermanos, esas que se tienen día sí y día también. Ahora no me hacen falta, a
penas la veo y no tengo tiempo para hacer vales, me dedico a pellizcar el momento
a buscar lo que quiero sin vales que valgan. Sin más encuentro el momento que quiero, sin decirlo, hay
cosas que no me gusta decir, prefiero mostrarlas, y es que siempre busco la
peleílla con ella. Que se enfade, y es
que después de cada enfado está mucho más guapa, más desahogada es el momento
que esperaba, es el momento de charlar con ella, de poder abrirnos. Tras la
tormenta llegó la calma, llegó mi hermana. Y esta no es más que Martuchita, que
significa ser la peque, ser la “bocaitos”, caerse al menos una vez al mes por
las escaleras, es a la que echo de menos.
jueves, 19 de abril de 2012
Cerramos
Una noche
más, hay que cerrar los ojos. Te paras a pensar y así es como todo acaba. Los
ojos, acaban más tarde o más temprano, cerrados. Y sí, la causa mayor para que
todo acabe es el cansancio. El cansancio que nos lleva al límite, que desemboca
en un nudo con final. El final, que sin embargo es el que te hace ver. Tan solo
hay un final que no te deja ver, y ese es el último final, es el único que hace
ver a todos, menos a ti. Todo aparece siempre tras un final. La última palabra,
o quizás la última mirada, son las que más sentido tienen, después del
desenlace. A nadie le gusta pensar en ello, a nadie le gusta imaginarlo, a
nadie le gustar llegar al final, pero a todos nos gustaría saber que nuestro
fin será gracias al cansancio acumulado
de toda una vida, más que aprovechada.
lunes, 16 de abril de 2012
Wingardium Rabiosa
Llegó la
hora, la hora que siempre llega, esa de comenzar. Comienzas a tomarte el
brebaje, a levantar el codo para después soltar el puño. Como si de un conjuro
se tratase, la rabia comienza a elevarse por tu cuerpo, la sueltas o mejor la
estampas contra ella, no es nada, o al menos eso significa para ti ¿verdad?
Todo empieza con una mirada, un grito al viento, comienzan a escucharse las
palabras mágicas Wingardium Rabiosa y sus efectos caen sobre ella, comienza la tormenta de golpes, ya has
pasado por la última fase, enhorabuena, se acabo el conjuro, la magia
desapareció, como su vida. Pero tú no has sido, algo te poseyó. Tú dormías, por
eso ahora eres inocente, perfecto.
sábado, 14 de abril de 2012
Lo que uno debería ser
Llegar el
momento y saber estar. Estudiar y aprobar con nota. Tratar con el mejor de los
comerciantes. Ser el infranqueable negociador. La persona más habladora del
mundo. La persona más cerrada de la historia. La que quiere por no demostrar.
La que demuestra sin enseñar. La que enseña con tan solo una mirada, una
carcajada. El confesor. Las ideas entrelazadas entre el juego de palabras que
nos impide escucharnos. El momento en que hablamos a la vez. Las ganas de ir a
sitios diferentes y quedar en medio. Pocas palabras, muchas alegrías. La
sonrisa de la buena noticia. El silencio que siempre cubre nuestras miradas. El
abrazo que llega. Las personas, los
amigos.
jueves, 12 de abril de 2012
Ya lo vi
Cuento
historias como vidas, no cuento verdades como vidas. Y es porque yo siempre he
sido muy de contar historias, eso de inventar sobre una verdad, de hablar de
todo lo que se te ocurría, eso de dejar volar a tu imaginación, por no dejarte
ir en la vida. Eso es, dejarse ir. Cerrar los ojos para no saber donde
aparecer, hasta abrirlos y ver la creación, los sueños convertidos en tinta
sobre papel arrugado. Papel que representa todo lo que hemos vivido en algún
momento de nuestra carrera, ese folio que fuimos arrugando con cada paso que
íbamos escribiendo, con cada huella que íbamos dejando. Y es que una historia
no es más que un recuerdo. Todo aquello que deberías recordar. Y es que uno no
tiene porque solo recordar historias de una vida, puede recordar el mundo en el
que no le toco vivir, el barco en el que se quiso embarcar para no volver jamás
de donde nunca tuvo que salir. Recordar el avión que no despegó, recordar la
persona que aún seguimos esperando. Ya lo vi. Ahora echa la vista atrás, todo
esto no es más que otra de mis historias, sino la ves, es porque no ha
existido.
lunes, 9 de abril de 2012
Imagen
Me he dado cuenta de que todo no vale nada, y menos la
memoria. Me dedico a volver una y otra vez, lo mismo que a recordar de la misma
forma. Somos débiles, al igual que nuestra memoria. Tenemos formas de hacernos
más fuertes, la imagen. Podemos mostrar muchas imágenes, a muchos les gusta
actuar, al fin y al cabo, la vida es una larga (o corta) película. A todos nos
gusta participar, mostrar lo que más nos gusta de uno mismo, o sin más,
mostrarnos. Pero a mí me gusta otra imagen, la que me muestra aquello que mi
memoria trata de olvidar, tan solo por ser débil. Ya veis, se puede ser más
fuerte o al menos luchar contra la debilidad, aunque también disimular ante los
demás dicha debilidad, ahora haced lo que más os guste durante vuestra
película, luchad o disimulad.
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