…un robot. Pensamientos
dibujados sobre esa placa, que simplemente mancha cada vez que reconoce alguno
de los estímulos. Tan impersonal, tan “recomendaciones”, ahí está, como si
fuese ese cacharro con el que nos podemos desahogar, el que no llora, la que
gana. La persona que no siente, que no calla, que puedes utilizar como y cuando
quieras, como si no tu viera vida, sin cuarto propio, siempre hay algo que
puede utilizar tu lugar, ¿para qué guardártelo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario