lunes, 13 de febrero de 2012

Planear



Efectivamente, como si de sobrevolar sobre la pista de aterrizaje antes de despegar se tratase, intentas idealizarlo todo, como siempre. Las consecuencias… un “zas en toda la boca”, enhorabuena ya tienes lo que querías otra decepción más… Déjate llevar, sobrevuela justo cuando toque caer, que se trate de un aterrizaje forzoso, al límite, sobre la bocina, en el último minuto, saboreando esos nervios que te recorren justo antes de que se acabe el tiempo, o mejor que esos nervios no aparezcan, porque el final no llega, estás saboreando una libertad que no tiene límites, así que no inspecciones, sorpréndete, sorpréndeme… 

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