martes, 29 de julio de 2014

La cabeza rapada

Se acaba de rajar. Cual ilusión. Cual corcho que se desprende del árbol madre. Cual manera de vivir de espaldas a tus ideales. Era ella, era la esperanza de seguir.

No vio el stop de la vida y chocó de bruces contra una amargada desesperanza. Ésta, enfadada y dolida por el duro golpe consiguió hacer desaparecer toda gana de seguir con la idea del día anterior. Acababa de perder. Como el que se escuda en la noche.

Mientras, las idas y venidas de un corazón palpitante se debatían entre el desenfreno y la cuerda que ata dos puntas para quedarse sin camino, y comenzar una ruta alternativa. Se preguntaba por su visión. Por su audición. Por su tacto. Por su gusto. Y por su olfato, y no había tenido nada tan claro nunca. Ni si quiera cuando le raparon la cabeza se le veían las ideas tan transparentes…

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