lunes, 3 de noviembre de 2014

Acelerando

Mil y una palabras comenzaban a rondar por esa cabeza alocada. Cada una de ellas tenía otros tantos significados. Era un caos perfecto para perderse y comenzar a inventarse una nueva historia. Como la tuya y la mía. Con esos mil significados,  y esos mil besos perdidos y escondidos en los famosos caminos que decidíamos encontrarnos en cada uno de esos pensamientos que dábamos cada día de la mano.

No sé si se llamaba venda o simplemente era cerrar los ojos inconscientemente, pero la verdad es que las luces de colores iluminaban lo que parecía el paraíso. Comenzaban a llegar más y más palabras y la locura iba creciendo. Ya no estaba solo. Podía verlo de todas las formas y colores posibles. Seguía persiguiendo esa posibilidad de dejar de olvidar para comenzar a aprender.

Todo era tan nuevo en su vida que no podía detenerse. Y acelerando es como empezó a aprender lo que de verdad significan las palabras: tenían la verdad y la mentira, pero sobre todo tenían la enseñanza de un nuevo significado para su vida.

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