viernes, 28 de febrero de 2014

Decisión

Podría tomar como sinónimo de vida la palabra: “decisión”. La vida son decisiones. Las tomamos a todas horas, a la vez que la consumimos a ella. Como en todo tenemos una carta con las diferentes decisiones que nos podemos encontrar. Y es que hay decisiones  que te cambian la vida, las hay insignificantes, otras que te hacen vivir, otras morir y las que más me gustan te hacen vivir como tú quieres. Siempre he pensado de esa forma, quizás sea algo radical, pero siempre he pensado que para vivir, hay que hacerlo de la forma que uno quiera. La otra opción es todo lo contrario a vida.

Una vida, varias opciones, pocas decisiones. 

sábado, 22 de febrero de 2014

Cada uno se busca donde sabe que se encontrará

Es muy fácil perderse, pero uno se pierde porque quiere. El camino recto no suele moverse. Siempre está en el mismo lugar. Fiel a sus principios. Con las oportunidades de siempre. Desemboca en las amistades de siempre. En las personas que siempre te apoyan. En la familia. En el futuro. En la tarde de compras. En el paseo por el centro. En el momento correntón.  En la cerveza del río. En las Caipis, perdón, es el camino recto. En tu vida profesional. En la formación. En la profesión. En el momento de tu mayor felicidad. En el sí quiero. En el llanto primerizo. En el primer paso. En la primera palabra. En la primera tarea. En el primer encontronazo. En la primera vuelta de tuerca. En el segundo llanto primerizo. En el volver a comenzar. En los amigos. En los reencuentros. En el trabajo que ya no querías. En el momento en el que no pensabas. En el amor. En las broncas por el juguete. En la primera pérdida gorda. En la esperanza. En la alegría. En el parque cada tarde. En la espera de la cola del médico. En el agobio de una vida. En el tercer llanto primerizo. En la primera hija adoptiva que llega. En los nuevos instantes pasados. En la verdadera felicidad, esa que llega en el peor momento, con la mejor de tus miradas. Ese es el camino recto, el que siempre te lleva.



Cada uno se busca donde sabe que se encontrará. 

jueves, 20 de febrero de 2014

El bus y esa mirada al pasado

Siempre vas dejando pasar los recuerdos. No sirve de nada retenerlos.

Cuando quiero pensar me miro en ese momento en el que voy sentado en el bus. Hacía atrás, como los cangrejos, al contrario que la vida, y en el sentido que le quiero dar a unos recuerdos que se van a quedar dónde a mí me gustan.

Se va escurriendo ese tiempo del recuerdo en un frenazo que te devuelve a la realidad. Que te permite levantar la vista a lo que de verdad está ocurriendo, a lo que de verdad te está transformando en lo que eres, pero sobre todo, a lo que de verdad te ha llevado ahí. “No sirve de nada”, piensas, y la realidad es que no. La realidad es la que te rodea, no la que te rodeó. La realidad está en ese mensaje que te llega y dejas pasar. La realidad está en ese semáforo en verde que se te escapa por ir con la mirada fija en una pantalla que no te deja ver el sol. La realidad es ese instante en el que te preguntan cómo estás y tú pierdes evadido en pensamientos y conversaciones digitales. La realidad está en esas caminatas entre una multitud que nunca te conocerá. La realidad no se aleja de lo que puedas vivir día a día. La realidad te vuelve a rodear. Dale la oportunidad de achucharla y de reflejarte en ella mientras vas de espaldas a la vida en el bus. 

viernes, 14 de febrero de 2014

El dolor y la pulsera blanca

Como una bandera que remarca lo que nunca debiste hacer, y por supuesto lo que nunca vas  a repetir. No deja de ser la simbología que debe de dominar nuestras vidas. Lo difuso de los hechos se pierde en el tiempo, hasta el dolor. Pero los símbolos siguen siempre con nosotros. Son como una piedra de choque que nos muestran el camino; ante nuestra debilidad.

El blanco impoluto no me define, pero sí me demuestra lo que de verdad se puede ser. La viva imagen de eso por lo que luchas, de eso que defiendes, y sobre todo, el sueño de futuro. El sueño de toda una vida.

La vida de un niño que remarca en un árbol un corazón por el que se siente más ilusionado que nunca, por el que pierde hasta las tardes de juegos con su mejor amigo. Por el que pierde la merienda de ese bocata de nocilla que con tanto esmero le prepara su madre, y que tanto le gusta. No le importa perder, es un niño y los niños se dejan llevar por lo que más aman, por lo que se ilusionan y lo muestran en cada mirada, en cada lágrima.

Es la hora de ser un niño infeliz. 

jueves, 6 de febrero de 2014

La primera que vuelve

Un fuerte dolor sin retroceso comenzó esto. El final del final. El principio queda tan lejano que no recuerdo ni como era esa simple brisa que dejaba pasar nuestras sonrisas. La triste melodía que dejan unos cristales al caer arruina el resto de la noche. La primera que vuelve. No hay copias, no hay sinsabores, hay una verdadera salida al no saber. Una verdadera estafa a lo que hemos decidido perder. Quedan muchas baldosas que descubrir, saltar de tu color favorito al de otra persona.  Una gama de llamadas al más allá de la luz. Unas caricias al sol. Un nuevo sinsentido. Sin buscar la noche se cierne sobre la  verdadera oscuridad. La complicidad dentro de la lucha entre la esperanza y la pérdida. Ya solo queda ese 'tick' que marca la casilla de desahuciados.