El adiós puede despedir a una persona, pero no a unos
recuerdos. Porque no se puede vivir de ellos, pero si se puede sonreír con
ellos, si se puede recordar que un día
fui feliz. No guardo un archivo donde ordeno los recuerdos, no elijo cuales
guardar, ni siquiera de cuales acordarme, aparecen los únicos recuerdos
positivos, tales como aquellos negativos, el miedo contra la esperanza, el
triunfo del bien sobre el mal. Por eso sé de qué recuerdos estoy hablando, por
eso sé quiénes somos y aún más, sigo recordando quienes fuimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario