Así es la
historia que nunca acaba. Así es tu vida, que se repite. Así es el fracaso, que
vuelve. Así es mi sueño de cada noche. Así son las salidas en calle “Betis”.
Así son las charlas con uno mismo. Así es la vida. Sí, las cosas se repiten, vuelven
a pasar una y otra vez, esos momentos que no queremos que pasen. Así son los
bucles, cansinos. La desesperación es la palabra que mejor los define. Uno no
es capaz de ver los momentos que se repiten, si los quiere ver, y mucho menos
si éstos les gustan, los disfrutamos sin más. Inconscientes de volver a vivir
algo que ya hemos vivido. Pero con los momentos sufridos es distinto. Esos
momentos son los bucles, el fin que nunca acaba, esos anuncios de Antena3 que
se repiten hasta la saciedad. Así somos nosotros. Nos repetimos ante la misma
cuestión, volvemos al lugar de inicio, volvemos al momento de crítica, hacia un
momento que nos es familiar, volvemos a provocar la vuelta del momento, nos
provocamos a nosotros mismos, la provocamos a ella, la decepción.
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