jueves, 25 de diciembre de 2014

La fugacidad de la felicidad

En esa calidez que desprende una pisada en la instantánea y fría nieve se encontraba el deseo que todo el mundo había pedido. Era esa misma esencia de calidez que se encuentra por un instante. Porque el frío siempre permanece, pero ese momento en el que la nieve se derrite abruma a cualquier espera.

Y es que ese momento que puedas recordar debería de ser aquel que te hace mejorar. Porque la felicidad pasada es como el agua, sigue sin rastro alguno, pero el momento en el que te complicas la vida y sales adelante; aprendes y sigues una vía que te lleva probablemente a la felicidad en el futuro, e incluso en el presente.

Y piensas en esos días en los que crees que has perdido, y sin embargo has ganado lo más grande. Cuando toca hacer lo que no te gusta, pero al final tienes  tu recompensa. Cuando actúas en caliente, pero al final, como todo, te enfrías. El momento de recapacitar y recapitular, tú momento.

Así que, una vez más, la fugacidad se evapora en el presente, pero radica en el futuro para mejorar, para encontrarte y encontrarme, porque en el más leve roce entre dos polos opuestos radica la verdad. Como en el abrazo que está esperando, porque el frío se quiere ir. El calor está por llegar. Aquí y ahora te digo: Hola, es la hora de comenzar a caminar por tu camino de nieve. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario