domingo, 19 de mayo de 2013

Blanco y Negro

Un día cualquiera. Un lugar cualquiera. Y una mirada perdida que busca en su nublada lluvia de ideas, algún color con el que identificarse.

Esta mirada tiene claro cuál es su tono de colores, blanco y negro. Toda una paleta de colores grisáceos de los que disfrutar a partir de ahí.

Lo bonito de esta gama de colores es que no sabes cuál tocará en tu día a día. Nada tiene que ver con el color de las nubes. Aunque esto, nunca se sabe.

En cierto momento y en cierto lugar, esa mirada perdida deja de buscar entres sus pensamientos para encontrar entre los rayos del sol más deslumbrante. A partir de aquí toda una vida queda por delante, con el color como tono y forma de vida. Ya nada depende de ese blanco o negro, el color inunda la vida de una paleta que hasta entonces había estado iluminada por los pareceres de una vida insulsa.

Se acabaron esos días que dependían del color de las nubes. Aquellas que sobrevolaban una cabeza vacía de pensamientos. Ahora en tu mente solo quedan cartuchos de recarga infinita, con la mayor gama de colores posibles. 

domingo, 5 de mayo de 2013

Lagañas mañaneras


Las lagañas encarcelaban a sus  cada vez más diminutos ojos. Se perdían entre visiones de oscuridad y ráfagas de una tímida claridad que arremetía contra sus párpados. Al principio no parecía más que un sueño que quería despertarlo. Tan solo eran rápidas visiones de oscuridad. El cansancio pareció haber desaparecido y sus rugosos dedos destrozaron las lagañas para dejar entrar la luz. Ese movimiento la asustó. Él llegó a verla, fue un instante, una centésima de segundo, pero la vio.

Cuando ya pudo ver la realidad reflejada en el bostezo que daba, se dio cuenta del problema que acaba de ver en casa. No es algo agradable de ver al despertar, aunque supo acometer la tarea que le planteaba el día.

La noche llegó antes de lo esperado. Entre idas y venidas, había pasado la tarde fuera de casa. Al llegar encontró algún jarrón roto, lo que hizo que se impacientara aún más.

Se fue a la cama con la sensación intranquila de quien quiere estar al pie del cañón durante una batalla decisiva para el transcurso de un país. Antes de que se diese cuenta las lagañas habían vuelto a su cara, aunque el despertar fue mucho más tranquilo que el anterior. Un salto lo hizo aparecer en la realidad de un nuevo día. Bajó rápido y fue directo a la trampa. Victoria. Allí estaba en la jaula que tanto había tardado en encontrar. Al verlo chilló y arremetió contra los laterales metálicos, pero ya no podía salir de allí. La casa estaba a salvo y la incursión del roedor no duró mucho.