domingo, 19 de mayo de 2013

Blanco y Negro

Un día cualquiera. Un lugar cualquiera. Y una mirada perdida que busca en su nublada lluvia de ideas, algún color con el que identificarse.

Esta mirada tiene claro cuál es su tono de colores, blanco y negro. Toda una paleta de colores grisáceos de los que disfrutar a partir de ahí.

Lo bonito de esta gama de colores es que no sabes cuál tocará en tu día a día. Nada tiene que ver con el color de las nubes. Aunque esto, nunca se sabe.

En cierto momento y en cierto lugar, esa mirada perdida deja de buscar entres sus pensamientos para encontrar entre los rayos del sol más deslumbrante. A partir de aquí toda una vida queda por delante, con el color como tono y forma de vida. Ya nada depende de ese blanco o negro, el color inunda la vida de una paleta que hasta entonces había estado iluminada por los pareceres de una vida insulsa.

Se acabaron esos días que dependían del color de las nubes. Aquellas que sobrevolaban una cabeza vacía de pensamientos. Ahora en tu mente solo quedan cartuchos de recarga infinita, con la mayor gama de colores posibles. 

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