Es increíble
como los primeros rayos de sol comienzan con un simple pestañeo, no necesito
más, es mi despertar. Esa sed que amanece conmigo, que ni toda el agua del
mundo agotaría, de la misma forma que me agotas tú. Porque las sábanas vuelan
al compás de nuestras caricias, el susurrar de nuestra piel, las chispas del
placer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario