Blanco y en
botella, así están mis ideas hoy. Miento, no tengo ni ideas, por ello no
ingenio otra de mis lecturas, sin sentido. Me vengo a lo comercial, a lo
bonito. Es fácil caer en la tentación, seguir la senda que a todos lleva a la
victoria. Conseguir lo que buscas. Encontrar la tan ansiada victoria. La forma
de esquivar el fracaso. El roce de tus labios, ante el sabor que desprende
conseguir lo que querías, valga la redundancia, conseguir. Así es, solo
buscamos llenar nuestro orgullo. Vernos lleno de orgullo, porque sí, la
felicidad, al fin y al cabo, es nuestro orgullo satisfecho.
Seguimos con
lo que somos, y somos egoístas. Yo soy un egoísta, y no concibo esta vida sin
poder serlo. Me encanta ver que la gente a la que quiero esté contenta, pero
claro ¿lo hago por ellos o por mí? Ahí está la clave del egoísmo, ahí está la
clave de la buena persona, ¿qué somos?
Somos seres
humanos, con muchísimos defectos. Radiantes de vida, radiantes de errores.
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