domingo, 10 de enero de 2021

Negarse al pasado

La oscuridad siempre es un elemento negativo en el interior de cada ser. O al menos lo sentimos así en esa parte primaria que nos lidera el miedo a estar solos. 


Párrafos en blanco definen mi situación mental actual. Hace tiempo que tan solo necesitaba algo de música y oscuridad para aclarar mis pensamientos y hacer llegar algo de tinta con sentido a cualquier hoja en blanco, pero el tiempo se ha consumido. 


No es fácil encontrar el momento y el lugar para volver a encontrarse con el pasado, requiere de técnica y sobre todo, dolor. Y es que hay veces que no hace falta que vayamos a buscar nada, simplemente llega y nos tumba boca arriba dejándonos sin defensa alguna. Derriba las puertas del futuro, instaurando un presente que no queríamos imaginar. Un presente que se lleva por delante planes sin despedida. 


El pasado. Ese que requiere tener la conciencia tranquila en cada momento, para asegurar que no destroza a su paso todo lo que tengamos en nuestro interior. Requiere que la oscuridad que nos aterroriza se convierta en aliada. Requiere que el silencio esté guiado por esa mirada que nos traslada a la realidad y nos muestre el camino sin frenos. 


Negarse en los más profundo a seguir mirando atrás, y contar en cada pensamiento contigo. En cada paso que dé. En cada lágrima que toque el suelo, y en cada sonrisa que ilumine el cielo. 


Me niego a dejarte. 

miércoles, 6 de enero de 2021

Eterno

He perdido un trocito de mi. 


Hace ya días en los que no me encuentro. Hace días en los que rebusco en mi interior, y encuentro una batalla irracional. Por un lado las lágrimas que añoran el hueco que dejas, por otro, las sonrisas de haber podido vivirte. 


Al cerrar los ojos todo se vuelve negación, porque no hay explicación posible que me deje ver, si no estás. La vista se me nubla, porque la unión que siempre me ha guiado ahora está partida. Al otro extremo solo queda vacío, y no me gusta. 


Sé que no te gustaría ver lágrimas derramadas, y se que no hay nada que hacer. Pero la impotencia ha decidido unirse a la tristeza y luchar contra toda racionalidad que pueda traer el ciclo de la vida, y están venciendo. Han tomado la delantera porque te echo de menos. El hueco que has dejado duele. Duele mucho. 


Y es que te has llevado el punto de encuentro en mi vida. Te has llevado horas de charla sobre canarios. Te has llevado tus “peniculas” de “loeste”. Te has llevado tus “ebros”. Te has llevado “la huerta”. Te has llevado ese girar de pulgares en el sofá. Te has llevado el finalizar las llamadas sin despedirte. Te has llevado los “ ten cuidaito y no te metas en líos”. Pero siempre te quedaras en tu único nieto. SIEMPRE. 


Entiendo que la única vencedora posible siempre será la vida, la que sigue. Pero sin ti, todo duele más.


Te quiero.