domingo, 23 de marzo de 2014

El dolor inspirador

Todo amanece y renace con el mismo semblante de preocupación. El futuro es tan incierto que ni los más mentirosos del lugar se arriesgan a una predicción más. Ese pequeño rayo de sol que debe de agravar la calidez de la tierra recién arada se convierte en verdaderos regueros de lágrimas. No llega. Más bien, se fue, lo perdiste. No es algo nuevo, pero si es algo inédito. Nada llega tan rápido como el fin. La pena inunda cada rincón de esperanza y por mucho que se busque, solo queda él.

Ni una palabra más alta que la otra, ni una. La salida en la puerta de emergencias. Todo se quedó por preparar antes del incendio. Una llamas que tan solo dejan algo tan precario como son las quemaduras de una relación desperdicia por la codicia. No es más que la vida que fue, no es más que lo que se quedó, ese personaje tan odiado, y a la vez tan inculcado en la vida de todo amante: dolor.

El aspersor comenzó a funcionar hace mucho tiempo. Los campos de melancolía están bien sembrados y esos recuerdos perdidos comienzan a renacer. Es el principio después de la vida. Un nuevo inicio lleno de verdaderas descostumbres. Lleno de todo lo que olvidaste. Lleno del cante amenazante del viento inspirador.

FDO: el dolor inspirador.

2 comentarios:

  1. Ese dolor es mi favorito, pero es preferible no tener ninguno.

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    1. Es tan preferible como incontrolable. Gracias por el comentario, Irene :)

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