lunes, 3 de octubre de 2016

Negación

Hay puntos en la vida que no sabemos ver. Hemos seguido ese instinto de felicidad que siempre quiere lo mejor para nosotros, porque una vez llegamos a serlo, pero ese instinto no sabe cambiar. Alguien una vez dijo que “el roce hace el cariño”, pero también lo desgasta, acaba con él. No siempre, no nunca, pero pasa, y entonces la vieja felicidad te mata, te ciega y te encierra en el pasado, en ese “érase una vez”, pero las perdices a veces vuelan, y no precisamente para quedarse cerca de uno. 

Es un cuento que siempre puede volver a empezar, pero no le puedes negar el final de uno, para poder empezar con otro. 

Sin créditos, no hay agradecimientos. Todo está en esa sonrisa que se apagó para que descubrieras que no todo se encuentra en la primera vez. 

Descubrir que el dolor es el único que no niega su existencia, que muestra las puertas de la realidad y que hace que puedas ver mejor que nunca quien eres. 

No. Siempre puedes recurrir a la respuesta rápida. Escóndete en las sombras, y niégate ser alguien que lucha por abrir de nuevo el resplandor de un bonito amanecer, pero no sabré quién eres hasta que abras los ojos para ver el sol. 

Siempre habrá un nuevo día que te respete la oportunidad de creer…

… porque en el final aprendí a negar con un beso. 

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