Quiero tiempo.
Hay un valor en el mundo que nada le envidia al oro. Se puede falsificar a la hora de desperdiciarlo, pero cuando todo se hace intenso, el valor siempre habla de segundos.
El tiempo me ha devuelto la esperanza. Ésta también se ha vuelto más pequeña. Dentro se cierra un círculo que te dice dónde está cada uno en el momento exacto, en el que no se pierde y se exprime en cada calada que damos con los ojos cerrados, porque ayer, siempre lo fue.
El instante me ha devuelto la sonrisa. Ésta también se ha vuelto más intensa. Aquí no hay encierros, todo sale tan natural, como aquella mariposa que rodea al mundo.
El querer me ha devuelto la alegría. Ésta también se ha vuelto más visible. Las barreras caen en cuanto una bandera de amistad se alza, y todo sigue siendo como antes. Momentos que se viven, momentos que se quedan.
El mundo me ha devuelto la soledad. Ésta también se ha vuelto más sincera. No hay calma sin tempestad, al igual que no hay eco sin grito. Por ello, que no vengan ciegos a desvelar lo que no veo.
Quiero tiempo en el que todo se queda, quiero que solo haya valor por los que quiero.
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