Llega un momento en la vida en el que nada importa más que el sentido de poder desahogarse. Puedes buscar el tuyo en la soledad o en la compañía, pero siempre necesitarás que una lágrima barra todo el polvo que se acumula. Porque no hay victorias sin derrotas, y en ese balance siempre hay caídas para saber superarse.
En los escalones por los que paseo actualmente no saben lo que significa estar callado. Hay mucho ruido por todos lados. Nadie sabe estar en silencio. Desde un murmullo, pasando por un grito ahogado, hasta llegar a un cotilleo maldito por lo que pudo haber sido y no fue. Por lo que es y no sería sin ser. Porque siempre que se persigue al futuro, se tiene que vivir el presente. Porque hace tiempo que la sonrisa dejó de ser suficiente para mostrar que si ella no está, solo puedo estar enfadado. Porque no solo hay rayos de luz, también hay alfombras rojas que se mojan.
Y es que este presente es más presente cuando sabes quiénes han hecho que todo esto exista. Una vida en la que no solo hay personas, hay sentimientos. ¿Sabes cuáles son? Aprovecha y reconoce en ellos tu felicidad, solo así habrá lágrimas que te den alegrías.
PD: una lágrima puede contener a toda la humanidad o desahogar toda una vida.