Un día vas
por la vida, como si fuese tuya, mirando a todos lados, reconociéndolo todo
como tuyo. Eres el rey, pero eso es un día, el resto ni si quiera son días de
vida, son tiempo en un mundo que te recoge por pena, que te tiene, como si de
sus entrañas hubieses salido y ahí te tienes que quedar, al que perteneces por
eso, al que no entiendes y al que no quieres entender. Y es que sí, la vida no
es más que eso, un día, que hay que aprovechar al máximo, porque el siguiente
puede que no sea tu día, puede que no sea tu vida. Ya no vale cerrar los ojos.
Ya no me vale reflejarme en tu mirada, ya no me vale tu sonrisa, ahora me vale
todo lo que haya en un día, y no en un momento de uno de esos días insulsos, en
los que lo único que hacemos es volver a vivir, lo que un día dejamos atrás. Ahora
lo que me vale, es que vivas cada uno de los segundos de tu vida a mi lado, en
un instante de gloria, en un instante de pasión, en un instante de miedo, en un
instante de felicidad, quiero que cada segundo sea un instante de sentimiento.
Quiero que cada instante de este día, sea un mundo nuevo, un mundo al que poder
huir, un mundo que construir. Ahora coge y vete, porque un día vas por el más
allá soñando con todo lo que has tenido, durante un día en la vida.
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